domingo, 1 de agosto de 2010

Lamentaciones 3: Esperanza de liberación por la misericordia de Dios

El gran amor del Señor nunca se acaba,
y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad!
Por tanto, digo:
«El Señor es todo lo que tengo.
¡En él esperaré!»

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