viernes, 27 de agosto de 2010

Ezequiel 24: La olla hirviente

¡Pongan la olla vacía sobre las brasas,
hasta que el bronce esté al rojo vivo!
¡Que se fundan en ella sus impurezas,
y se consuma su herrumbre!
¡Aunque esa olla está tan oxidada
que ya ni con fuego se purifica!

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