Pero todo esto no significa nada para mí, mientras vea a ese judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey.
Su esposa Zeres y todos sus amigos le dijeron:
—Haz que se coloque una estaca a veinticinco metros de altura, y por la mañana pídele al rey que empale en ella a Mardoqueo. Así podrás ir contento al banquete con el rey.
La sugerencia le agradó a Amán, y mandó que se colocara la estaca.
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