sábado, 24 de abril de 2010

Isaías 22: Profecía contra Jerusalén

En aquel día el Señor,
el Señor Todopoderoso,
los llamó a llorar y a lamentarse,
a raparse la cabeza y a hacer duelo.
¡Pero miren, hay gozo y alegría!
¡Se sacrifican vacas, se matan ovejas,
se come carne y se bebe vino!
«¡Comamos y bebamos,
que mañana moriremos!»
El Señor Todopoderoso me reveló al oído: «No se te perdonará este pecado hasta el día de tu muerte. Lo digo yo, el Señor, el Señor Todopoderoso.»

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