miércoles, 20 de abril de 2011

Salmos 3: Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón

Clamo al Señor a voz en cuello,
y desde su monte santo él me responde. Selah

Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar,
porque el Señor me sostiene.
No me asustan los numerosos escuadrones
que me acosan por doquier.

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