Vienen días —afirma el Señor omnipotente—,
en que enviaré hambre al país;
no será hambre de pan ni sed de agua,
sino hambre de oír las palabras del Señor.
La gente vagará sin rumbo de mar a mar;
andarán errantes del norte al este,
buscando la palabra del Señor,
pero no la encontrarán.
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